Los estudiantes alemanes que pusieron nombre a lo que se hacía en la bodega

La cuenta atrás para Ecoracimo 2017 ha comenzado. A pocos días del prestigioso concurso de vinos ecológicos, visitamos a uno de los máximos ganadores del año pasado, Bodegas Gómez Nevado, para conocer algo más sobre el mundo del vino bio. Se trata de una empresa familiar que, desde el siglo XVIII, produce caldos pálidos y amontillados de forma artesanal al norte de la provincia de Córdoba. Fueron la primera industria que obtuvo la certificación ecológica en Andalucía; todo empezó con la visita de unos estudiantes alemanes.  

El brillo en los ojos azules de Gabriel no deja lugar a dudas. Pasión. Esa es la clave de la elaboración de sus vinos ecológicos en Villaviciosa de Córdoba. Su abuelo aún no había nacido cuando las vides de su finca ya daban sabrosos frutos. Sus antepasados hacían el mismo manejo de la viña que él y sus hijos mantienen hoy día, respetando el medio ambiente y los ciclos naturales, sin usar fitosanitarios de síntesis, apostando por la agricultura ecológica, sin saber que se llamaba así. “Un buen día llegaron por aquí unos estudiantes alemanes de Agronomía, vieron cómo elaborábamos los vinos y nos dijeron que eso era agricultura biológica, que a nosotros nos sonaba a chino. Nos contaron que nuestros vinos podían tener salida en su país y en otras partes de Europa, donde ya se hacían productos ecológicos. Y así empezamos a exportar”.

Eso ocurrió a finales de los años 70. Por aquellos tiempos, inspectores alemanes visitaban la finca y la bodega para certificar que la producción era ecológica. Mientras tanto, Gabriel y otras mentes inquietas, con Francisco Casero (expresidente de Ecovalia) a la cabeza, luchaban por que la certificación pudiera hacerse en Andalucía. Así fue como Bodegas Gómez Nevado se convirtió en la primera industria certificada en esta comunidad autónoma.

Mucha uva se ha pisado desde entonces, cada vez con maquinarias más efectivas pero con el mismo sistema de elaboración artesanal y los mismos productos. Las joyas de la corona son el Pálido Sierra Morena y el Dorado Sierra Morena, ambos galardonados en diferentes certámenes internacionales, entre los que destaca Ecoracimo.

El Pálido es un vino de color pajizo, con aroma punzante y delicado a la vez, de sabor seco pero no ácido. Su graduación ronda los 15º de alcohol. El Dorado, por su parte, presenta un distinguido color caoba, fruto de una larga maduración que le otorga 17º de alcohol. “Es el abuelo de nuestros vinos -explica Carmen Gómez, hija de Gabriel y gerente de la empresa familiar-; el Dorado Sierra Morena pasa primero por una crianza bajo velo de flor durante un mínimo de 4 años, y luego por una segunda crianza oxidativa de al menos 15 años. Casi todo el que producimos se envía al extranjero”. Este fue uno de los tres vinos que obtuvieron el máximo galardón el año pasado en Ecoracimo, la Mención Especial Diputación de Córdoba. “Hemos recibido varios premios internacionales, pero éste, además de ser de los más prestigiosos, por la calidad de las muestras que se presentan a concurso, se celebra en casa, en nuestra tierra, una tierra de vinos excelentes.”

Los caldos de Gómez Nevado volverán a competir en la nueva edición de Ecoracimo el próximo día 29 de abril en Montilla, sede permanente del certamen. Hasta el martes 25 permanece abierto el plazo de inscripción; se prevé que participarán unos 200 vinos, de varios países. El objetivo último de este concurso internacional -organizado por Ecovalia, la Diputación de Córdoba y el Ayuntamiento de Montilla- no es otro que incentivar a los agricultores y elaboradores relacionados con la producción de vinos procedentes de uva ecológica, apostando por el desarrollo del sector y sirviendo de apoyo a la promoción y reconocimiento por parte del consumidor.

Más información sobre el Concurso Internacional de Vinos Ecológicos en www.ecoracimo.org

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